La tan habitual extrema autoexigencia, de la que muchos se enorgullecen y otros tantos padecen, busca lograr "todos los objetivos" que se proponen las personas, sin advertir que el abuso de la autoexigencia lleva a quebrar las bases del bienestar personal: la percepción de seguridad.
Como síntoma más fácil de advertir, se verá a través de la ansiedad o el estado de hiperalerta, nerviosismo, "estar de acá para allá", como queramos llamarlo.
Considero que la ansiedad crónica es un síntoma frecuente y subestimado, "todos vamos un poco ansiosos", aun conociendo las repercusiones que puede tener en nuestra salud y bienestar.
El proceso combina tanto el trabajo individual, para la gestión de la ansiedad y ataques de pánico, como el análisis de lo que el síntoma representa al contexto más amplio, para promover el cambio teniendo en cuenta dicho contexto.