Queja vs positividad.

Author name

Si me quejo porque me quejo, si pienso muy positivamente, es que estoy evadiendo...

     A todos nos desgasta muchísimo cuando estamos con ese tipo de personas que se queja todo el tiempo, todo el rato, y es como que son  un imán para las “malas noticias”, encima les pasan ( como a todo el mundo) cosas “malas” o infelices, como desgracias, accidentes, enfermedades … y muchos deben pensar “es porque piensa en todo lo malo”... La verdad que eso es un pensamiento mágico, de intentar buscar una respuesta, yo no creo que sea por eso… pero no nos desviemos. 


      ¿ Está mal quejarse ? ¿ Es malo atender a las noticias malas ?, son parte de la realidad al final … la gente se queja. También, en el polo opuesto, hay gente que es extremadamente positiva, que también nos repele muchas veces, es como que uno no puede tampoco andar por la vida como si toooodo fuese de maravilla y sino me lo invento para que lo sea. 


        ¿Entonces?

        Bueno una vez más como todo en psicología depende y ningún extremo tendrá razón porque la vida no es blanco o negro, ya lo sabemos. 


       ¿ Qué sentido tiene el quejarse y el sufrir ? Muchas veces escuchamos “para qué  te quejas si eso no va a cambiar” … “tu siempre sufriendo por los demás”.. “ a ti siempre te pasan cosas terribles”, etc etc.. Al final, nos quejamos y sufrimos porque lo que nos estamos diciendo es que necesitamos algo. Es decir, si no necesitáramos nada.. no habría la tensión que se genera frente a encontrarnos con algo que nos argumenta “la queja”. Frente a esto, podríamos decir que nos quejamos para advertir que tenemos que atendernos, que hay algo que necesitamos. 


         Con la misma lógica, no tiene ningún sentido quejarse y no hacer nada, ni tampoco no quejarse y decir que todo es maravilloso porque aprendí del fracaso, cuando en realidad me siento enfadad@ o triste, y no estoy atendiendo este sentimiento.

 

         "Es que me enfada porque ..." Cuando nos enfadamos, al final es que nos hemos sentido atacados o que atacan a los nuestros, que en algún sentido nosotros o nuestras creencias o expectativas se ven amenazadas. Necesitamos poner un límite real o simbólico a la situación o la persona, para eso es el enfado, para ayudarnos a poner ese límite.

       

         "Bueno si, pero ¿ qué hago si estoy triste? si estoy triste estoy triste.. no quiero estar triste"... Cuando estamos tristes, nos estamos diciendo que necesitamos reflexionar, procesar que algo no será o no será más, lo que no queremos muchas veces es sostener el malestar que trae la tristeza, porque no sabemos cómo cuidarnos a nosotros mismos y acompañarnos en el proceso sin caer en el pensamiento infantil de creer que será para siempre... Cuando no es así.

      .

         Puede llegar a ser que lo que esté necesitando es la aceptación de una situación, porque no hay más remedio que atravesarla, pero no quiero “sufrir” o me parece muy injusto, mientras sufro igualmente. A veces una situación tiene que doler, para duelar. Y a veces, la vida no trata de justicia o injusticia, sino que de algún modo nos está brindando una información y es nuestra elección querer verla y hacer algo con ello o no. 




Un buen ejercicio es cuestionarte ¿ Qué necesito en este momento ? ¿ Si sucediera qué escenario yo estaría mejor ? ¿Qué puedo hacer desde mis conductas para generarme mayor bienestar? 



Con Cariño,

 MJ.



AVISO: Recuerda que este blog es un espacio reflexivo, NO ES TERAPIA.

17 de febrero de 2025
Cómo Superar el Síndrome del Impostor y Vivir con Claridad y Confianza Muy buen lunes de claridad mental. Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre algo que, aunque no siempre se dice en voz alta, afecta a muchas personas: el Síndrome del Impostor. Esa sensación persistente de que no somos tan capaces como los demás creen, de que nuestros logros son fruto de la suerte y no de nuestras habilidades reales. Si alguna vez te sentiste así, este artículo es para vos. En episodios anteriores, hablamos de las expectativas, el perfeccionismo y la tolerancia a la frustración. Temas que, aunque distintos, comparten una raíz común: el miedo y la autoexigencia. Hoy daremos un paso más y exploraremos el Síndrome del Impostor, entendiendo cómo se conecta con estas temáticas y, más importante aún, cómo podemos enfrentarlo. ¿Qué es el Síndrome del Impostor? El Síndrome del Impostor se manifiesta como una creencia interna de que no estamos a la altura, sin importar los logros que hayamos alcanzado. Como si, en cualquier momento, alguien fuera a “descubrirnos”. Según Valerie Young, autora de The Secret Thoughts of Successful Women, este fenómeno afecta al 70% de las personas en algún momento de sus vidas. Aunque tanto hombres como mujeres lo experimentan, nosotras solemos ser las más propensas debido a factores sociales y culturales que ponen sobre nosotras una carga extra de expectativas. Factores que Alimentan el Síndrome del Impostor 1. Factores Sociales y Culturales Vivimos en una sociedad que aún impone roles desiguales. Para muchas mujeres, la idea de que tenemos que demostrar que somos “igualmente capaces” que los hombres nos lleva a trabajar el doble y, aun así, sentir que no es suficiente. La presión de “ser la mejor”, lejos de fortalecer, desgasta. Incluso cuando logramos destacarnos, los fantasmas de la inseguridad y la autoexigencia pueden seguir rondando. 2. Factores Familiares El contexto en el que crecimos también juega un papel clave. Las expectativas que percibimos de nuestros padres, las historias de éxito que se nos contaron o los valores familiares que nos inculcaron, muchas veces nos hacen sentir que debemos alcanzar un ideal que no siempre nos representa. 3. Perfeccionismo y Autoexigencia El perfeccionismo es una trampa común. Nos impulsa a buscar un control excesivo, a obsesionarnos con los detalles y, muchas veces, a postergar decisiones importantes. Es una actitud que nos aleja de disfrutar los procesos y nos aísla de los demás, porque cuando algo no sale “perfecto”, aparece la frustración y la crítica constante. ¿Cómo Reconocer el Síndrome del Impostor? Valerie Young identifica cinco tipos principales de personas que experimentan el Síndrome del Impostor. Identificarte en alguno de ellos es el primer paso para comprender y transformar esta dinámica: La Perfeccionista : Siempre cree que podría haberlo hecho mejor. Se obsesiona con los detalles, y cuando algo no sale como esperaba, siente que fracasó. La Experta : Necesita saberlo todo antes de actuar. Siente que nunca tiene suficientes títulos, cursos o conocimientos para estar lista. El Genio Natural: Cree que todo debería salirle con facilidad. Si algo le cuesta, asume que no es lo suficientemente talentoso. El Solista : Prefiere no pedir ayuda porque lo considera una muestra de debilidad o una carga para los demás. La Superhéroe : Se sobrecarga de responsabilidades para demostrar que puede con todo. Pero, en el fondo, siente que nunca hace lo suficiente. Herramientas para Superar el Síndrome del Impostor Superar este síndrome no es un proceso rápido, pero sí posible. Estas estrategias te ayudarán a construir confianza en vos misma: 1. Cuestioná tus Pensamientos La reestructuración cognitiva es clave. Desafía esos mensajes internos del tipo: “Solo tuve suerte”. Buscá evidencia concreta de tus logros y reconocé el esfuerzo que te llevó alcanzarlos. 2. Aceptá que No Tenés que Saberlo Todo Aprender es un proceso continuo. Nadie tiene todas las respuestas, y no saber algo no te hace menos capaz. 3. Celebrá el Progreso, no la Perfección Enfocate en lo que has avanzado, no solo en lo que falta. Reconocer tus pasos es una forma de motivarte y disfrutar el camino. 4. Aceptá los Cumplidos Cuando alguien reconoce tu trabajo, decí gracias y dejá de restarle valor. Trabajá en aceptar el reconocimiento como una forma de validar tu esfuerzo. 5. Rodeate de Apoyo Hablar con personas de confianza ayuda a normalizar tus dudas. Compartir tus miedos no te debilita, te conecta. 6. Llevá un Diario de Logros Registrar tus avances, por más pequeños que parezcan, refuerza tu confianza. Este ejercicio diario te ayudará a enfocarte en lo positivo. Dos Claves Extra: Respiración y Planificación Incorporá Espacios de Respiración Consciente Cinco minutos de meditación al día pueden transformar tu energía y claridad mental. No digas que no tenés tiempo, porque lo que realmente significa es que no te estás priorizando. Planificá con Sentido Organizá tus metas considerando también tus espacios de disfrute. No postergues tu felicidad para “después del éxito”. Un buen plan incluye momentos para recargar energía, conectar con otros y disfrutar del presente. Preguntas para Reflexionar Antes de terminar, quiero invitarte a cuestionarte profundamente: En la vida ideal que deseás, ¿qué es lo más importante que estás buscando? ¿Qué hay detrás de los logros que perseguís? ¿Para qué hacés todo lo que hacés? Conectar con estas respuestas es esencial para redirigir tu energía hacia lo que realmente importa: vos misma. Te dejo un abrazo gigante y una invitación a priorizarte, a escucharte y a construir una vida donde el disfrute sea parte del camino, no solo el destino. con cariño María José
14 de febrero de 2025
Perfeccionismo vs. Progreso: Cómo dejar de procrastinar 🚀 Por María José Pedrini. Psicóloga y psicoterapeuta sistémica. ¿Alguna vez te encontraste atrapado/a en el bucle de "darle mil vueltas" a algo, queriendo que todo salga perfecto antes de lanzarte? 🤯 Ese momento en que una idea o proyecto parece que no está "listo" y, sin darte cuenta, terminás postergando la acción… Si te sentiste identificado/a, no estás solo/a. Esta trampa mental tiene nombre: perfeccionismo . El perfeccionismo puede disfrazarse de excelencia, pero la realidad es que, muchas veces, se convierte en un obstáculo para avanzar 🛑. Hoy quiero contarte qué es realmente, cómo afecta nuestra capacidad de actuar y, lo más importante, cómo podemos empezar a desarmarlo.  ¿Qué es el perfeccionismo? 🧐 El perfeccionismo no es simplemente "querer hacer las cosas bien". Es un mecanismo mental que nos lleva a fijarnos estándares altísimos, tanto para nosotros mismos como para los demás. Lo interesante es que este rasgo no es único, sino que tiene varias dimensiones : Perfeccionismo auto-orientado: Nos exigimos ser impecables, ya sea en el trabajo, en nuestras relaciones o incluso en nuestra apariencia. Esto nos hace convivir con una autocrítica constante y niveles altos de estrés y ansiedad. Perfeccionismo hacia los demás: Ponemos expectativas irrealistas en quienes nos rodean, lo que puede generar tensiones en nuestras relaciones. 🤝 Perfeccionismo socialmente prescrito: Sentimos que otros esperan demasiado de nosotros, lo que nos lleva a cargar con una presión externa agotadora. Estas formas de perfeccionismo están profundamente ligadas a nuestras emociones y cómo nos vemos frente al mundo. En todos los casos, el miedo al error o al fracaso se convierte en un enemigo silencioso que frena nuestro progreso. ¿Por qué nos lleva a procrastinar? 🕰️ El perfeccionismo y la procrastinación están íntimamente relacionados. Cuando sentimos que algo no está "perfecto", postergamos el momento de actuar, con la esperanza de encontrar el "momento ideal". Sin embargo, ese momento nunca llega. Esta mentalidad nos lleva a: Perder tiempo en detalles que no son tan importantes. ⏳ Adentrarnos en la "parálisis por análisis" , pensando tanto en lo que podría salir mal que no damos el primer paso. Evitar exponernos, por miedo a que nos juzguen o critiquen. ¿La verdad? El mundo no está esperando que seamos impecables. La perfección no existe y, mientras la perseguimos, nos alejamos de nuestros objetivos reales. ¿Cómo soltar el perfeccionismo y avanzar? 🌱 Si estás listo/a para salir de ese ciclo, aquí van algunas claves que pueden ayudarte a reconectar con lo esencial y dejar de procrastinar: Redefine tus estándares: Pregúntate si realmente necesitas que todo esté perfecto o si lo esencial ya está listo. Recordá que muchas veces, "lo bueno es mejor que lo perfecto". 🙌 Volvé a tu propósito: ¿Para qué estás haciendo esto? Tener clara tu motivación principal te ayudará a enfocarte en lo que importa y no perder tiempo en detalles secundarios. Acepta los errores como parte del proceso: No aprenderás sin equivocarte. Los errores no definen quién sos, sino que te muestran el camino para mejorar. Conectá con el momento presente: En lugar de preocuparte por lo que otros pensarán, focalizate en disfrutar el camino. El proceso también tiene valor. ✨ Preguntas clave para reflexionar 📝 Antes de dar el próximo paso, te invito a reflexionar con estas preguntas: ¿Qué harías si supieras que no podés fracasar? 🤔 ¿Qué te estás perdiendo por no animarte a dar el primer paso? ¿Cómo sería tu vida si no te exigieras tanto? Estas preguntas no solo te conectan con la acción, sino que te ayudan a liberar la presión innecesaria que te pone el perfeccionismo. Conclusión 🌟 El perfeccionismo no es el camino a la superación personal, sino una coraza que usamos para evitar la crítica y la vergüenza, como bien lo dice Brené Brown. Pero esa coraza pesa demasiado y nos impide avanzar. Por eso, te invito a volver a lo simple, a lo auténtico y a permitirte disfrutar del proceso. Acordate que no es necesario ser perfecto para ser valioso/a, ni para compartir tu talento con el mundo. ¿Y vos? ¿Qué te animarías a hacer si dejaras de buscar la perfección? Con cariño MJ Pedrini
14 de febrero de 2025
The body content of your post goes here. To edit this text, click on it and delete this default text and start typing your own or paste your own from a different source.