¿Es posible cambiar la forma en que tratamos a los demás?
Cambiar la forma en que tratamos a las personas puede parecer una tarea gigantesca. A menudo nos prometemos hacerlo mejor: ser más pacientes, más amables, menos reactivos. Y, sin embargo, llega el momento crítico y reaccionamos "como siempre". Gritamos, nos cerramos, nos excedemos en cuidar o nos mostramos distantes.
¿Te suena familiar? Si es así, no estás solo/a. Este patrón es más común de lo que crees, y tiene mucho que ver con cómo nos hablamos a nosotros mismos.
El vínculo entre cómo nos tratamos y cómo tratamos a los demás
Para entender por qué repetimos ciertos comportamientos, necesitamos mirar hacia adentro. Nuestra forma de tratar a los demás está profundamente ligada a nuestra relación con nosotros mismos.
En el episodio anterior del podcast, hablamos de reeducar a nuestro juez interno, esa voz crítica que a veces nos castiga y nos exige ser de una manera que creemos correcta, pero que no necesariamente nos representa. Este juez interno no solo influye en cómo nos sentimos, sino también en cómo nos relacionamos con los demás.
Pensemos en esto:
Si nuestro diálogo interno está lleno de juicios y exigencias, es probable que esos mismos patrones se reflejen en nuestras interacciones.
Si nos tratamos con dureza, es más difícil tratar a otros con comprensión y amabilidad.
Por eso, cambiar la forma en que tratamos a los demás empieza, primero, por cambiar cómo nos tratamos a nosotros mismos.
El proceso: De la reacción al reconocimiento
Cuando nos encontramos en una situación difícil, el primer paso no es forzarnos a ser diferentes, sino reconocernos. Aquí te dejo una manera práctica de hacerlo:
Escena 1: Pasa algo (un disparador).
Surge una situación que nos activa: alguien dice algo que nos molesta, sentimos que nos rechazan, o simplemente el cansancio nos sobrepasa.
Escena 2: Reaccionamos como no nos gusta.
Puede ser un grito, un comentario sarcástico, o incluso un silencio frío. Al final, sentimos que no estuvimos a la altura de cómo "deberíamos" haber actuado.
Escena 3: Aparece el juez interno.
Esa voz interna comienza a reclamar: "¿Otra vez igual?" o "¿Por qué no puedes cambiar de una vez?"
Escena 4: Frenamos y respiramos.
Aquí está la clave. Antes de caer en la frustración o la culpa, nos preguntamos:
¿Qué fue lo que realmente pasó?
¿Cómo me sentí en ese momento? ¿Fue miedo, cansancio, sensación de rechazo?
Este paso es crucial, porque no actuamos desde la nada. Siempre hay un contexto real y emocional que explica por qué reaccionamos como lo hacemos.
Escena 5: Nos reconocemos y avanzamos.
Cambiar no es cuestión de fuerza de voluntad o de controlar nuestras reacciones a toda costa. El verdadero cambio viene de comprendernos, de ver nuestras emociones como una guía para lo que necesitamos.
No se trata de control, sino de conexión
A menudo intentamos cambiar desde la exigencia: "No puedo volver a gritar" o "Debo ser más paciente". Pero el control solo genera más tensión y, tarde o temprano, esa tensión se libera de manera explosiva.
La transformación no ocurre cuando nos forzamos, sino cuando nos permitimos conectar con lo que sentimos. Nuestro cuerpo es un aliado en este proceso. Las emociones no son obstáculos, son señales que nos indican cómo estamos viviendo una situación.
Por ejemplo:
Si reacciono con enojo, ¿qué me hizo sentir vulnerable o inseguro?
Si me muestro distante, ¿qué estoy evitando enfrentar?
Al conectar con estas respuestas, podemos empezar a actuar desde un lugar más auténtico, desde lo que realmente valoramos y necesitamos.
Cambiar desde la comprensión y no desde el miedo
Si queremos cambiar nuestra forma de tratar a los demás, primero debemos cambiar nuestra forma de tratarnos a nosotros mismos. Esto implica:
Escuchar nuestro diálogo interno.
Reconocer nuestras emociones.
Aceptar que no somos perfectos y que está bien equivocarnos.
Cuando nos tratamos con compasión, es más fácil extender esa misma amabilidad hacia los demás. No se trata de ser "mejores" según un estándar externo, sino de actuar de manera que nos represente y nos haga sentir en sintonía con quienes realmente somos.
Muchas gracias por tu contacto!!! Te responderé lo antes posible! :)
wooow hubo un error al enviar el mensaje!! ¿ podrías probar en unos 15 min?
Muchas gracias!!
All Rights Reserved | CHE Espacio Psicoerapéutico